Cuando miraba los cipreses del jardín, éstos parecían vibrar. Cuando miraba al cielo nocturno, las estrellas parecían estar vivas. Eso es lo que captó en este lienzo que es hoy uno de los más famosos de la historia del arte. Con sus pinceladas vigorosas, Van Gogh capta un paisaje exterior y uno interior. El cielo en espiral parece moverse de verdad en el lienzo. Las estrellas tienen su propio halo, que el pintor exagera para expresar más. La ciudad en cambio está quieta, estable, realizada con trazos rectos y breves, en contraste con esas curvas frenéticas del cielo."
Te ayudamos un poco más: Hemos creado esta foto orientativa para que a partir de una persona de 175 centímetros de altura se pueda intuir el tamaño de las laaminas y de los marcos.
Referencia de tamaños
